Tu pasión…

Sentí tu pasión por la noche,
como el viento que bordea el precipicio que se ahonda en el mar:
fuerte,
solo,
sabiendo que, si no quiere ser domado, jamás lo será.
Tu pasión me abrazó por la noche
como el océano abraza las playas desnudas:
suave solo cuando se cansa,
bailando el cortejo de vaivenes de olas y besos que saben a sal y a sueños,
a cartas de amor, a suspiros, a deseos.
Me amaste hasta suplicarte que pararas,
por la noche;
te amé hasta sentirlo desmayo,
bendito tú, bendita noche…