Tus pensamientos…

Hace frio y el viento mece los árboles desnudos;
el invierno aún se empeña en mostrar su pálido rostro.
Pienso en ti y en mí deambulando como dos vagabundos
en un mundo que han vuelto gris y demasiado pesaroso.
Dame tu mano, amor, no te me hieles.
Mírame a los ojos y vuelve a confiar.
Eres mi oasis en un mundo de amantes infieles,
una bendición que aún puedo amar.
No te pierdas vagando por entre los pecados de mis noches;
cometí demasiados errores por los que no pienso pedir perdón.
No me queda ya paciencia para reproches,
y más sabiendo que, después de tanta guerra, no te regalan ningún galardón.
Mejor abrázame e invita a una droga para el olvido,
porque quiero morderte hasta que exhausta a mí te rindas;
inocularte mi veneno para que te vuelvas mi amante, mi amiga y mi nido;
y mezclar mis carnes con las tuyas para que nunca te me pierdas.
Imagen de Michael Gaida en Pixabay